domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Mourir y Mûrir son la misma cosa?

Es curioso que en el idioma francés, las palabras mourir et mûrir suenen y se escriban muy parecido. La primera, mourir, corresponde a la traducción de la palabra morir, mientras que la segunda se refiere al verbo madurar. ¿Es que acaso el significado también lo será?.

Existen dos tipos de madurez: física y psicológica. La primera se adquiere al alcanzar la plenitud vital, antes de la vejez. La segunda, en cambio, no depende de la edad, e implica un aprendizaje continuo. No se puede decir que una persona es lo suficientemente madura y que no podrá alcanzar un mayor nivel de madurez psicológica.

Son ejemplos del segundo tipo de madurez: el ser realistas y guiarnos más por los hechos que por las ideas, el estar dispuestos a examinar nuestras creencias, prejuicios y comportamientos de una manera objetiva; guiarnos más por la razón que por la emoción; saber controlar nuestros impulsos y estados de ánimo, entre otros.

Por tanto, la madurez psicológica es el estado más perseguido por los seres humanos a lo largo de su vida. Desde pequeños se nos incentiva a actuar con la misma, y esto obedece a una razón: sólo si la poseemos, podemos decir que estamos listos para conducirnos por la vida y hacer las elecciones correctas. Pero, sólo se adquiere madurez psicológica asimilando tanto lo positivo y negativo de nuestras experiencias. Es decir, viviendo y aprendiendo. Sin embargo, sólo se vive, aprende y no se cometen los mismos errores con el tiempo. Es ahí que las palabras madurar y morir se confunden. La madurez psicológica se afianza con el transcurso del tiempo, y el transcurso del tiempo nos trae la vejez y, para casi todos los seres humanos, luego de la vejez, viene la muerte. Es decir, tenemos que morir justo cuando ya contamos con el nivel de sabiduría que hemos anhelado gran parte de nuestra vida, o cuando ya estamos más cerca del mismo. Ironías de la vida…

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